14 agosto, 2018 Comentarios 0 El Viajero 2613 Views

La Huerta de San Vicente: una visita a la casa museo de Lorca

«Estoy en la Huerta de San Vicente, una preciosidad de árboles y agua clara, con Granada enfrente de mi balcón, tendida a lo lejos con una hermosura jamás igualada«. Así explicaba Lorca a Melchor Fernández Almagro en una carta de 1928 su deferencia por su hogar andaluz.

Casa de veraneo de la familia Lorca, la Huerta de San Vicente es un lugar emblemático para conocer la vida y obra del poeta andaluz. La usaron como tal entre 1926 y 1936, cuando el estallido de la guerra les pilló en Granada: el poeta fue asesinado y su familia se exilió en Nueva York.

Esta casa, reconvertida a museo, es hoy un lugar obligado de visita si estás por Granada y, además de conocer las maravillas de La Alhambra, quieres acercarte al legado de Lorca. Aunque ahora está integrada en un parque urbano y se puede llegar fácilmente andando, en su día estaba en pleno campo, aislada de la ciudad, en la vega del Genil. Contaba con casi dos hectáreas de tierra de cultivo y fue un lugar de esparcimiento para los Lorca, lugar desde donde el autor pudo escribir algunas de sus obras, como ‘Bodas de sangre’. Tanto el mobiliario original como el terreno y la propia casa pasaron a propiedad municipal en 1985 y en 1996 se abrió al público ya como museo.

La vivienda tiene dos plantas: en la planta baja se hallan el recibidor, el comedor, la sala del piano y la cocina, donde se encuentran muebles y objetos de la época. La familia era acomodada y contaba con algunos elementos distintivos, como la existencia de un gramófono y dibujos de amigos de Lorca de la Residencia de Estudiantes o de la tertulia de El Rinconcillo, entre otros: Salvador Dalí, Manuel Ángeles Ortiz, Rafael Barradas o Hermenegildo Lanz.

Ya en la planta alta se encuentran los dormitorios, que salvo el del poeta se han reconvertido en salas de exposición con manuscritos de Lorca, libros o cartas. En el cuarto de éste, con un balcón con vistas a Sierra Nevada, hay un cuadro de Rafael Alberti y un escritorio donde el granadino creó obras legendarias como ‘Yerma’ o ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’.