Mogarraz: el pueblo salmantino de los retratos
Los retratos de Mogarraz son mucho más que un atractivo turístico: son un bello homenaje a los habitantes del pueblo y un recuerdo de su intrahistoria.
Lo primero que llama la atención al llegar a esta población salmantina son las miradas sobre las que parece haberse detenido el tiempo y que permanecen fijas mientras la curiosidad del visitante se dispara. Estas miradas están en todas partes, ojos de hombres y mujeres que vieron Mogarraz mucho antes que nosotros y que cuentan a través de su rostro un poco más de cómo era la vida en ese lugar.

Una vista de las calles de Mogarraz.
La historia de cómo han llegado esos retratos a los muros de las casas de Mogarraz es digna de contar: en otoño de 1967, un fotógrafo de la villa se dedicó a inmortalizar a sus vecinos para que estos dispusieran de una imagen de carné con el que sacarse el DNI. Fue una época complicada en la zona, ya que ante la falta de tierras para trabajar muchos optaron por emigrar a otros países. 388 vecinos tuvieron entonces su foto, pero lo que no se imaginaban es que, 45 años después, otro vecino, en este caso pintor, rescataría el trabajo de aquel fotógrafo para pasar a pintura las caras de los antiguos habitantes de Mogarraz. Y que dichos retratos colgarían de los muros de las casas que habitaron originariamente.
Dicho y hecho. Florencio Maíllo es el artífice de esta obra mayúscula que impresiona al turista por el tamaño de sus retratos (lienzos en chapa) pero sobre todo por su fuerza expresiva. Mogarraz pertenece a la Mancomunidad Sierra de Francia y es por tanto una parada obligada para quien visite la zona con otros lugares de interés como La Alberca, Ciudad Rodrigo o la propia Salamanca.
El pueblo fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de conjunto histórico en 1998 y cuenta con un trazado medieval de calles estrechas que invitan a perderse. La Plaza Mayor, la ermita y fuente del Humilladero y la iglesia parroquial son algunos de sus principales monumentos, aunque lo que más llaman la atención son sus casas donde predominan los balcones y los entramados de madera y mampostería. Al igual que en La Alberca, el paso de los judíos conversos está presente en sus calles.
Te animamos a acercarte a conocer Mogarraz y contarnos cuál ha sido tu impresión al conocer en primera persona sus retratos.
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